¿Qué quiere decir respeto?

A veces las palabras más sencillas son las más difíciles de fefinir; son tan claras, las usamos tanto y las entendemos tan bien que… nos resulta muy complicado resumir su contenido en términos concisos.

En vez de buscar una definición de diccionario, vayamos por otro camino: la palabras respeto procede de una palabra latina que significa «mirar alrededor». Esto nos puede arrojar mucha luz sobre lo que significa respeto y respetar. ¿Se puede afirmar que el que respeta mira a su alrededor y el que no respeta no lo hace? pues si.

Respetar es actuar dándome cuenta de que no estoy solo.

¿Cómo se lo explicamos a nuestros hijos/as?

Lo más claro es hacerlo con imágnees. Será fácil hacerles ver la diferencia entre: a) estar en la cima de un monte, aislado de todo el mundo, contemplando a lo lejos unos pueblos pequeñitos, y b) estar en iun vagón de tren lleno de pasajeros que leen, charlan u observan tranquilamente el paisaje.

Pues bien, si en la cima desierta de la montaña pongo mi reproductor de CD con toda su potencia, no voy a faltar al respeto de nadie; si, por el contrario, en medio del vagón de tren hago lo mismo, observaré el enfado de muchos viajeros y posiblemente alguno de ellos o el responsable del tren me llamarán la atención porque no respeto a los demás.

¿Por qué esta diferencia? Porque si desde la cima «miramos a nuestro alrededor», no vemos a nadie; mientras que si «miramos a nuestro alrededor» en la otra situación, vemos a alguien. Ésta es la diferencia.

Quien sabe mirar a su alrededor y ver que hay personas como él, que no está solo, sabrá qué significa respetar. Por el contrario, quien actúa sin observar si hay alguien a su alrededor (o sin tenerlo en cueta) y se comporta como si estuviera solo, seguramente no respetará a los demás.

¿Cuándo empezamos a enseñarles a respetar? Desde el momento en que nuestros hijos tengan a alguien a su alrededor, es decir, desde el principio.

– Es que nuestro hijito todavía no entiende nada; es muy pequeñito.

Los padres (los educadores en general) no siempre pretendemos que entiendan lo que les decimos; lo importante es que desde pequeños nos oigan para inculcarles muy lentamente unos hábitos de refelxión y de conducta que los modelarán para toda su vida: a eso llamamos educar. Y ¡cuidado!, con ello no les quitaremos libertad. Si los educamos correctamente, les enseñaremos a ser libres, a seguir su conciencia, a modificar los hábitos que les parezcan incorrectos a tener sentido crítico.

La educación, si es correcta, hará libres a nuestro shijos; una educación que no construya seres libres no es una buena educación; a pesar del evidente riesgo que comporta una educación en la libertad.

Fuente:

Pujol y González: Valores para la convivencia


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