¿Tiene eficacia la repetición de curso?

Cuando un alumno no ha alcanzado las competencias fijadas a la finalización del ciclo escolar correspondiente, tiene la oportunidad y el derecho de repetir curso, si así lo considera su tutor.

Las razones de que haya alumnos y alumnas que no adquieren dichas competencias son variadas, entre ellas: la falta de interés por el estudio, el insuficiente apoyo familiar, el absentismo, no poseer los conocimientos básicos de los cursos anteriores o que los centros de enseñanza no cuenten con bastante profesorado de apoyo para atender a los alumnos que lo necesitan.

El profesorado a la hora de plantearse la posibilidad de que alguien repita curso, suele preguntarse: “¿Qué es mejor para el alumno?”. Entonces valoran las circunstancias personales y sociales que concurren en él, teniendo en cuenta el desfase académico, pero sobre todo la madurez y el soporte familiar que tiene el alumno en cuestión. Si éstos son aceptables aumentan las probabilidades de que la repetición tenga eficacia.

La experiencia suele mostrar que, en general, la repetición tiene poca eficacia, máxime si no se sigue un plan de trabajo individualizado.

Muchos profesionales piensan que sólo en algunos casos suele resultar positivo repetir curso, por ejemplo, cuando un alumno ha estado enfermo durante bastante tiempo, o si procede de otro país y no domina bien en idioma, o si tiene inmadurez… En estas situaciones la repetición puede tener sentido para que adquieran las competencias básicas y evitar así un fracaso escolar posterior. Pero, incluso en esos casos, plantean la duda de si esos conocimientos no los alcanzarían igual promocionado de curso.

Además el alumnado repetidor suele vivir una sensación de fracaso y baja su autoestima; pierden interés por el aprendizaje escolar; se presentan en ellos problemas de adaptación, además de un coste emocional (a veces elevado) al dejar a los compañeros y amigos de su curso.

Esta escasa utilidad también está avalada por varias investigaciones realizadas en diferentes lugares, como Bélgica (comparando sus tres sistemas educativos) o una de Siebel en Francia.

Asimismo puede resultar significativo que en países, con unos rendimientos escolares bastante altos, tengan instituida la promoción automática, como ocurre en Japón, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Dinamarca o Irlanda.

Pepe López / Sábado, 12 de junio de 2010

~ por ampadebelmez en agosto 19, 2010.

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